Apenas pasó un día y medio y ya te extraño tanto... Es increíble lo mucho que se siente tu ausencia en casa.
Me cuesta despedirme de vos.
Vos y yo éramos muy chicas cuando viniste a casa por primera vez, y crecimos juntas. Tu muerte se siente como perder a una hermana. Porque eso fuiste para mí, eras mucho más que una mascota... Eras mi amiga, mi fiel compañera, eras parte de la familia, y ahora se siente todo tan vacío sin vos.
Espero que ahora, estés donde estés, ya no sufras más. Lo único que quiero es que estés bien y fue por eso que tomamos esa decisión. Costó, y fue muy feo verte morir, pero era lo mejor para vos y también para nosotros. Estabas mal física y anímicamente, ya no querías comer nada, ya no podías levantarte, me hizo muy mal verte empeorando cada día más y más. Lo único que deseo es tu felicidad. Y si esta es la única forma de que lo seas, entonces lo acepto. Me duele perderte, pero sé que así estás mejor.
Te amo muchísimo más que a cualquier persona. Me enseñaste que a veces la compañía en silencio es mucho mejor que un abrazo o unas palabras. Me enseñaste lo que es el amor incondicional. Me quedo tranquila porque sé perfectamente que tuviste una muy linda vida junto a nosotros, te dimos mucho amor y te acompañamos hasta el último momento.
Nunca voy a olvidar todos los momentos que vivimos juntas, fuiste mi sostén en muchas ocasiones y eso es algo por lo que voy a estar eternamente agradecida. Fuiste y vas a seguir siendo muy importante en nuestra familia. Te amo mi Lunita bella, algún día voy a volver a verte y sé que vas a venir corriendo contenta a recibirme, porque eso es lo que siempre hacías. Gracias por estos 14 años juntas. Hasta siempre, gordita. Que en paz descanses.