Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos.
Te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada.
Te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca.
Te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo,
porque sos pueblo, te quiero.
Y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraíso.
Es decir, que en mi país
la gente viva feliz,
aunque no tenga permiso.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Mario Benedetti
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