No, no intentes disculparte, no juegues a insistir. Las excusas ya existían antes de tí. No, no me mires como antes, no hables en plural. La retórica es tu arma más letal.
Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me dueles todavía aquí, adentro... Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así.
No se puede vivir con tanto veneno. La esperanza que me ha dado tu amor, no me la dio más nadie, te juro, no miento. No se puede vivir con tanto veneno, no se puede dedicar al alma a acumular intentos, pesa más la rabia que el cemento.
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