Perdí toda la fe el día en que vos te fuiste. Los diez días que estuviste internado mi fe crecía mucho, al igual que la de todos los que queríamos que salieras bien de ahí.
Creía que todo iba a estar bien, y mucho más en los últimos días, que vos abrías los ojos y, de alguna manera, "respondías" a todo. Pero no fue así, no salió nada bien. Vos te fuiste y nosotros nos quedamos acá, lamentando tu pérdida.
Tengo muchas ganas de verte, de abrazarte, de mirarte, de charlar con vos, de tantas cosas que antes hacía y ahora ya no puedo...
Es inexplicable el dolor que siento, yo creía que ya lo había superado, pero hoy más que nunca me doy cuenta de que te extraño mucho más de lo que te podés imaginar.
¿Por qué te tocó a vos pasar por esto? Ya sé que estabas viejito y que no podías más... Pero yo te quería PARA SIEMPRE conmigo. Me hacés mucha falta!
Te lo dije miles de veces y nunca me voy a cansar de repetírtelo: fuiste, sos y serás MI SEGUNDO PAPÁ. Te amo abuelo, nunca te voy a olvidar.
Ya dos años sin vos, no te das una idea de lo mucho que te extraño!
No hay comentarios:
Publicar un comentario